De una entrevista a Saul Bellow en la revista
BOSTONIANA (1990).
─Leí muchos libros con la esperanza de descubrir alguna
verdad sobre esas cuestiones persistentes. En el fondo siempre quedaba una
sensación muy rara, y así seguiría siendo después. Ninguna explicación llegaba
a hacer inteligible aquella extraña impresión. Los sistemas se desmoronan uno
tras otro, y se los va tachando de la lista a medida que uno sigue su camino.
Au revoir, existencialismo. Pero nunca desaparece la exigencia de justificar
nuestra presencia en este mundo.
─En todos sus libros
expresa usted esa misma cuestión en términos diferentes...
─Supongo que las aspiraciones del hombre moderno no pueden
llegar a nada más alto. Esto es precisamente lo que descubrimos cuando
empezamos a leer a Shakespeare. Desde las primeras obras hasta La Tempestad. En
el Rey Lear se nos dice: "Madurar lo es todo".
Blackhead, Monhegan (1916-1919), por Edward Hopper. Óleo sobre tabla, 24x33 cm.
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