Me pareció increible que ese día sin premoniciones ni símbolos
fuera el día de mi muerte implacable [...]
¿yo, ahora, iba a morir?
Después reflexioné que todas las cosas le suceden a uno
precisamente, precisamente ahora.
Siglos y siglos y sólo en el presente ocurren los hechos.
(Jorge Luis Borges, El jardín de senderos que se bifurcan, 1941)
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