jueves, 7 de marzo de 2013

Sobre el origen de las especies según Darwin... (02)

Las afinidades de todos los seres de la misma clase se han representado algunas veces por un gran árbol. Creo que este ejemplo expresa mucho la verdad; las ramitas verdes y que dan brotes pueden representar especies vivientes, y las producidas durante años anteriores pueden representar la larga sucesión de especies extinguidas. En cada período de crecimiento, todas las ramitas que crecen han procurado ramificarse por todos lados y sobrepujar y matar a los brotes y ramas de alrededor, del mismo modo que las especies y grupos de especies, en todo tiempo han dominado a otras especies en la gran batalla por la vida. Las ramas mayores, que arrancan del tronco y se dividen en ramas grandes, las cuales se subdividen en ramas cada vez menores, fueron en un tiempo, cuando el árbol era joven, ramitas que brotaban, y esta relación entre los brotes pasados y los presentes, mediante la ramificación, puede representar bien la clasificación de todas las especies vivientes y extinguidas en grupos subordinados unos a otros.

De las muchas ramitas que florecieron cuando el árbol era un simple arbolillo, sólo dos o tres, convertidas ahora en ramas grandes, sobreviven todavía y llevan las otras ramas; de igual modo, de las especies que vivieron durante períodos geológicos muy antiguos, poquísimas han dejado descendientes vivos modificados. Desde el primer crecimiento del árbol, muchas ramas de todos tamaños se han secado y caído, y estas ramas caídas, de varios tamaños, pueden representar todos aquellos órdenes, familias y géneros enteros que no tienen actualmente representantes vivientes y que nos son conocidos tan sólo en estado fósil.



Feria de caballos en Caleao (a comienzos de los 70), por Roberto Díaz de Orosía.

domingo, 3 de marzo de 2013

Sobre "En el baile", o la reaparición de una obra perdida de Evaristo Valle...

            Según Carantoña, veintiún obras de Evaristo Valle fueron las mostradas en una exposición inaugurada el lunes 9 de diciembre de 1918 en el salón del Bazar Piquero de Gijón, algunas de ellas vendidas con notable aceptación del público. Una de las no vendidas, referida como “En el baile”, fue expuesta un mes después en el Nuevo Bazar Masaveu de Oviedo, en otra exposición individual con notable éxito de la crítica, donde fue adquirida por un comprador anónimo elogiado por las crónicas de entonces por su gusto, ya que el cuadro, de exquisita factura y en el que el cronista "percibía como un recuerdo de Degas",  constituía "una perfecta síntesis del carnaval, con todo su revoltijo de candor, payasería y tragedia" reflejando la cara aristócrata y burguesa del carnaval. Lafuente Ferrari, casi cincuenta años después, deseaba saber "dónde para aquel lienzo" en el que, como señalaba Torner, paisaje y figura no llevaban en la pintura de Valle vida independiente, sino que se fundían en una unidad íntima.

            La obra, únicamente conocida por las descripciones de la época y cuyo rastro se había perdido desde entonces, fue presentada esta mañana en el palacete decimonónico de la Fundación Museo Evaristo Valle con los acertados comentarios de Gretel Piquer, estudiosa de Valle en profundidad. Hace ya casi un siglo, y con motivo de la exposición navideña en el Bazar Piquero, la pintura fue también comentada por Fernando Vela el 12 de diciembre de 1918 en el periódico “El Noroeste”:

En otro cuadro, el fatuo, vestido de rojo. En este último es de notar la figura áurea vuelta de espaldas, que parece hecha de pluma. Otra mascarada es solemnemente decorativa: un pierrot que llena de confeti a dos muchachas que se esquivan. Es una “sinfonía en blanco mayor”.


En el baile (1917), óleo sobre lienzo, 50x64 cm, Fundación Museo Evaristo Valle (Gijón).