jueves, 27 de marzo de 2014

Sobre existencialismo, Shakespeare, Saul Bellow y Edward Hopper...

De una entrevista a Saul Bellow en la revista BOSTONIANA (1990).

─Leí muchos libros con la esperanza de descubrir alguna verdad sobre esas cuestiones persistentes. En el fondo siempre quedaba una sensación muy rara, y así seguiría siendo después. Ninguna explicación llegaba a hacer inteligible aquella extraña impresión. Los sistemas se desmoronan uno tras otro, y se los va tachando de la lista a medida que uno sigue su camino. Au revoir, existencialismo. Pero nunca desaparece la exigencia de justificar nuestra presencia en este mundo.

─En todos sus libros expresa usted esa misma cuestión en términos diferentes...

─Supongo que las aspiraciones del hombre moderno no pueden llegar a nada más alto. Esto es precisamente lo que descubrimos cuando empezamos a leer a Shakespeare. Desde las primeras obras hasta La Tempestad. En el Rey Lear se nos dice: "Madurar lo es todo".



Blackhead, Monhegan (1916-1919), por Edward Hopper. Óleo sobre tabla, 24x33 cm.


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