jueves, 22 de noviembre de 2012

Sobre disputaciones tusculanas y honra post-mortem...


También los artistas desean que los honren después de la muerte.
¿Por que si no puso Fidias una efigie que se le parece en el escudo de Minerva,
pues no le estaba permitido inscribir su nombre?

Marco Tulio Cicerón, Disputaciones tusculanas (44 a.C.)



Autoretrato de Robert Lenkiewicz (1941-2002), óleo sobre lienzo, 67 x 72 cm.


sábado, 17 de noviembre de 2012

Sobre Bertrand Russell, de los hechos hacia la verdad...

Cuando estudias cualquier tema o consideras cualquier filosofía, pregúntate sólo: "¿Cuáles son los hechos? ¿Y cuál es la verdad que confirman los hechos?" Nunca te permitas desviarte, o bien por aquello que deseas creer o bien por aquello que crees que podría tener efectos sociales beneficiosos en caso de ser creído. Mira única y solamente a cuáles son los hechos.

Bertrand Russell (1872-1970) en una entrevista concedida a la BBC en 1959



Retrato de Bertrand Russell (1967), por Norman Rockwell.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Sobre homodiversidad, poblaciones, especies y linajes...

En razón a que en los últimos años se vienen descubriendo y publicando nuevos fósiles humanos, toda la comunidad científica acepta la existencia de formas múltiples de homínidos (homininos, técnicamente hablando) en un pasado relativamente remoto. Paradójicamente, se advierten reticencias a reconocer la homodiversidad de épocas recientes y puede que ser la especie elegida, como apunta Juan Luis Arsuaga, nos dificulte un asumir lo incontrovertible de la enorme diversidad de poblaciones, de especies y de linajes humanos que vienen evolucionando en los últimos cien mil años. No se olvide que, por ejemplo, hace 60.000 años coexistían varias especies humanas.



Homo floresiensis (Brown et al, 2004), réplica en el Senckenberg Museum, Frankfurt am Main,Alemania.


Con la publicación de los hallazgos de la isla de Flores (Indonesia, 2004), a los que se añaden los aun recientes de Denisova (Siberia, 2010), Zhirendong (China, 2010), Maludong y Longlin (China, 2012) la comunidad científica plantea una vez más una vieja e interesante cuestión: ¿Cual ha de ser la clasificación de restos cuya anatomía supera los límites de lo conocido anteriormente? ¿Son una población desconocida? ¿Pertenecen a una nueva especie? ¿O quizá un nuevo linaje? De forma más concreta, ¿cuál es su posición taxonómica? Para este tipo de preguntas complejas y técnicas no siempre la respuesta es satisfactoria.toria y por ello se aprecian en algunos artículos de divulgación las dificultades propias de distinción entre los conceptos de población, especie y linaje

Población es aquella comunidad reproductiva de organismos que viven en un mismo espacio, durante un tiempo breve medible en número de generaciones, dando forma así a entidades relativamente aisladas de otras similares, con cuyos individuos no se reproducen habitualmente, aunque sí de forma ocasional. En el registro estrictamente humano el concepto de población se presenta en ejemplos tan variopintos como las poblaciones paleolíticas de cazadores-recolectores o las poblaciones actuales de yanomamos en la selva frontera entre Venezuela y Brasil.

Paradójicamente, la noción de especie, considerada por muchos autores como la unidad básica de la biología, es una de las más complicadas en su definición. La discusión de lo que es (y de lo que no es) una especie humana ha pasado de forma reciente a un primer plano en las dudas del no especialista. Por ejemplo, los resultados del “genoma neandertal” ha puesto de manifiesto intercambio genético entre Homo sapiens y Homo neandertalensis, considerados por muchos como especies distintas. Cabe la pregunta de si verdaderamente neandertales y humanos modernos pertenecemos a dos especies distintas. La existencia de cruces genéticos entre ambos grupos humanos parece invalidar el mismo concepto biológico de especie, ya que este establece la barrera reproductiva (la posibilidad de descendencia fértil) como el límite para caracterizar especies a través de sus individuos. Sin embargo, parece que una estricta definición en términos de interfecundidad es insuficiente. Momentaneamente podría decirse que algunas especies animales de divergencia reciente en su evolución -especies genéticamente próximas- ocasionalmente pueden producir híbridos fértiles. Y en este marco se acepta como un buen ejemplo de este fenómeno la hibridación ocasional entre neandertales y sapiens en el Oriente Próximo, hace unos 70.000 años, como así demuestran los resultados del proyecto “genoma neandertal”. 

El concepto linaje expresa mayor extensión temporal y se refiere a la secuencia de ascendencia y descendencia de una determinada entidad biológica con características heredables propias. Por ejemplo, el linaje neandertal alude a la secuencia evolutiva de poblaciones y/o especies desde la aparición de los caracteres distintivos neandertales hasta su extinción hace unos 25.000 años. Reconocer un linaje entraña algo más que la definición de una especie ya que es necesaria la divergencia de ramales evolutivos de un mismo grupo biológico desde un antepasado.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Sobre Kahneman, ¿pensar rápido o pensar despacio?

          Fue por medio del filósofo naturalista Eduardo Zugasti como llegué hasta la obra de Daniel Kahneman (1934), y no hace mucho de mi mención en una entrada anterior al psicólogo norteamericano-israelí, en la actualidad profesor emérito en Princeton y hace poco incluido en la lista de los 100 pensadores globales más influyentes por la publicación Foreign Policy. Aunque es cierto que Kahneman recibió su Nobel en 2002 (con Amos Tversky) por sus contribuciones a la teoría económica, las repercusiones de su trabajo son tan extensas que prácticamente no existe área de las ciencias humanas en la que no haya influido. Recientemente ha publicado Pensar rápido, pensar despacio (Debate, 2012) una de las obras más comentadas (y vendidas) del año, orientada al público general, en la que repasa toda su carrera como psicólogo experimental.



Réplica en bronce de The Thinker, de Rodin, ubicada en el Changchun World Sculpture Park (China).


          Utilicemos, por ejemplo, nuestra intuición para resolver este sencillo acertijo:

Una camisa y una corbata cuestan 55 euros
La camisa cuesta 50 euros más que la corbata.
¿Cuánto cuesta la corbata?

          La rapidez, la fortaleza y el agrado de la intuición llevan a responder 5 euros de forma incorrecta. Para llegar a la solución correcta, 2,5 euros, la mayoría tendrán que recurrir al lápiz y al papel y resolver una sencilla ecuación matemática, ejercitando así la forma más lenta y laboriosa de pensar permitida por nuestro cerebro. Ya son algunos los psicólogos que consideran este tipo de test o acertijos como un análisis más válido de la inteligencia de una persona que los habituales test de cociente intelectual. El ejemplo propuesto ilustra que las intuiciones son frecuentemente erróneas por muy poderosas que estas parezcan.

          El ser humano posee una sola mente, aunque varios son los mecanismos de decisión. Kahneman entiende esta toma de decisiones como dos sistemas principales. El Sistema 1 está vinculado a las emociones y actúa  “de forma rápida y automática, con pequeño o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario.” El Sistema 2, por su parte, actúa a modo de agente racional que “concentrando la atención en las actividades mentales que así lo demandan, incluyendo los cálculos complejos.”

          La mayor parte de nuestros juicios diarios son fruto del Sistema 1, y suceden de forma automática, intuitiva y emocional, aunque normalmente nos permiten desenvolvernos razonablemente en la vida práctica. Sin embargo, el Sistema 1 también genera gran número de intuiciones erróneas con consecuencias triviales o, en ocasiones, catastróficas. Únicamente al entrar en juego el Sistema 2, discriminando las gratificantes sugerencias de nuestro sistema emocional, y sólo tras un gran esfuerzo cognitivo, se pueden intentar resolver los problemas contra intuitivos o difíciles. Kahneman propone que se analice la naturaleza de nuestra racionalidad más a través de los errores que de los aciertos. Paradójicamente, estos errores o sesgos cognitivos aparecen inconscientemente en nuestra mente consciente, además de que poseen cierta irresistibilidad en las personas psicológicamente sanas sucediendo sistemáticamente bajo las circunstancias adecuadas.

          He aquí algunos ejemplos (véase aquí lo numeroso de los errores cognitivos). La ilusión de causalidad ocurre de forma natural cuando se infiere, de forma errónea, que dos sucesos naturales están relacionados entre sí de manera intencionada. El efecto Halo sucede cuando se atribuyen en exceso características positivas o negativas a determinada persona basándonos en pistas vagas pero emocionalmente atractivas (el culto a los futbolistas es un ejemplo de actualidad). La ilusión de validez afecta en particular a los expertos en campos difícilmente predecibles, como la política o la bolsa, generando un exceso de confianza en predicciones infundadas y comprometiendo la validez de los juicios de los supuestos especialistas.

          El Sistema 1, diseñado para creer pero no para dudar, es temeroso con la incertidumbre y el azar, de modo que lleva a conclusiones precipitadas aunque capaces de convertirse en historias bonitas. Esta situación psicológica explica por qué el fanatismo, los dogmas y, por qué no, las convicciones, frecuentemente se sustentan en la ignorancia, o en pruebas insuficientes, y por qué el escepticismo (laboriosa operación del Sistema 2) continúa siendo tan impopular y costoso.