Casi todas las culturas
distinguen claramente entre naturaleza y cultura, un tema elaborado de muchos
modos en las obra del famoso antropólogo francés Claude Lévi-Strauss. Los
Yanomamö, por ejemplo, se fijan en esta distinción en su concepción de sus poblados
y la misma naturaleza del hombre como distinto de los animales. Su palabra para
casa es yahi, un lugar donde habitan humanos. Su palabra para jungla es urihi,
un lugar habitado por cosas (cosas que no son humanos). Sus viviendas
comunales, shabonos, son una colectividad de yahis individuales. Un shabono
representa la cultura y cosas culturales, cosas que llaman yahi tä rimö. En
claro contraste, las cosas salvajes, cosas no humanas, son naturales,
componentes de la naturaleza: urihi tä rimö. Para ellos, la cultura termina en
las superficies exteriores del suelo y las paredes del shabono. Se suponía que
mi casa encarnaba este inflexible principio Yanomamö y mantenía a la jungla
fuera de mi área personal y cultural.
Noble savages, Napoleon Chagnon, 2013.
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