El cambio climático
antropogénico, o sea, producido por la actividad humana, es un problema del que
se viene tomando conciencia desde la segunda mitad del siglo pasado, pero ya en
1799 se produjo el primer gran debate y, paradójicamente, fue en EEUU, país que ahora mismo no cuenta con ley contra el cambio climático por el desacuerdo entre demócratas y republicanos, acentuado por la modificación de las prioridades de la población a causa de la crisis económica, muy a pesar del oscarizado documental de Al Gore.
La declaración de la independencia, 1786-1797, por John Trumbull, 54x79 cm, óleo sobre lienzo,
en la Yale University Art Gallery, en New Haven (Connecticut).
El propio Trumbull pintó una réplica de mayores dimensiones (366x549 cm), que se encuentra en
el Capitolio de los Estados Unidos, en Washingtong D.F.
Thomas Jefferson es el personaje de más estatura entre los cinco del centro que se encuentran erguidos.
en la Yale University Art Gallery, en New Haven (Connecticut).
El propio Trumbull pintó una réplica de mayores dimensiones (366x549 cm), que se encuentra en
el Capitolio de los Estados Unidos, en Washingtong D.F.
Thomas Jefferson es el personaje de más estatura entre los cinco del centro que se encuentran erguidos.
El que fue tercer presidente de los Estados Unidos de América, entre 1801 y 1809, Thomas Jefferson,
considerado uno de los Padres Fundadores de la Nación, participó en la
redacción de Declaración de
Independencia de los Estados Unidos (1776), formando parte de la
representación de Virginia, e intentó plasmar sus ideales republicanos y, entre
otros asuntos, su preocupación por el cambio
climático. Jefferson llevaba mucho tiempo preocupado por el aumento de
las temperaturas y sus posibles consecuencias. Por ello, el 1 de julio de 1776
comenzó a registrar en su diario personal la temperatura diaria, temperaturas
promedio de meses y años, fenómenos y anomalías meteorológicos. Todos estos
datos los apoyó en conversaciones con los ancianos del lugar y la tradición
oral.
En su libro Notes on the State of Virginia, dejaba clara su preocupación por el aumento de las
temperaturas en su estado natal y, por extensión, en EEUU. Jefferson anotó que “se está produciendo un cambio en el clima
de forma notoria. Los inviernos son mucho más moderados. Las nieves son menos
frecuentes y menos copiosas. A menudo, no se encuentran por debajo de la
montañas, más de uno o dos días, y muy rara vez una semana. Los ancianos me cuentan que la tierra solía
estar cubierta de nieve unos tres meses al año y los ríos, que rara vez no se
congelan durante el invierno, ahora casi nunca lo hacen. Este cambio ha
producido una fluctuación entre el calor y el frío, en la primavera de este
año, lo cual es fatal para las frutas.”
Pero a Jefferson le surgió, ya
entonces, un escéptico tremendamente populista. Noah Webster, editor,
periodista, escritor político y de libros de texto estadounidense, fue reconocido
como el padre de la escolaridad y educación norteamericana y en 1799, ante la
recién creada Academia de Connecticut de Artes y Ciencias, se postuló
contrario a la teoría sobre el cambio climático propuesta por Jefferson, en
aquel momento vicepresidente de EEUU. Webster cuestionó los datos aportados por
la dudosa precisión de los instrumentos de medición, por ser datos tomados en
lugares puntuales y sólo por una persona (recuérdese que Jefferson los anotaba
en un diario personal) y, además, por apoyarse, sin base científica, en las
creencias populares.
Webster apuntó que “la tala de bosques para su conversión en campos de cultivo ha dado lugar
a algunos cambios microclimáticos, un tiempo más ventoso y alguna variación en las
condiciones climatológicas en el invierno. Pero aunque la nieve no permanezca
en el suelo, no significa necesariamente que el país en su conjunto reciba
menos nieve cada invierno. Tenemos, en los campos de cultivo, hoy en día la
nieve profunda, y mañana no, pero la misma cantidad de nieve que cae en el
bosque, se encuentra allí hasta la primavera.”
Han pasado más de dos siglos desde entonces y
el escepticismo, aunque en clara regresión, sigue ocupando atriles, artículos y debates.
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