Yo tenía mi
estudio en la rue Belloni, estrecha y
corta, que se extendía algo más arriba de la terminación del boulevard Pasteur, calle nueva que ni
los cocheros conocían. Había tapias y empalizadas y sólo una edificación, para
estudios de pintores, dentro de un patio enorme al que se accedía por un portón
con su portería. El mío estaba en la parte baja y muy cerca del portón…
De los
pintores que trabajaban allí sólo traté al italiano Modigliani; pequeño,
taciturno, misántropo, pero no conmigo… Me impresioné y disgusté de verdad
cuando, ya viviendo en Gijón, supe que había muerto en la miseria, en un
hospital. ¡Y ver con espanto, como ya sabéis, que hoy sus cuadros se venden y
se compran en dinerales! Otro ejemplo que desgarra el alma…
Mi estudio
era modesto; pero tenía un gran ventanal y un diván amplio y cómodo. También
había en él una escalerilla que conducía al altillo donde yo dormía. Cuando a
la noche subía aquella angosta escalera de madera, siempre me decía: “¿Subiré a
la gloria o subiré al patíbulo?”. Y algo de gloria y patíbulo había en mis
sueños y especialmente en mis desvelos, en los que me daba por soñar despierto…
Evaristo Valle, Recuerdos de la vida del pintor,
escritos
autobiográficos del pintor publicados por vez primera en 2000.
La orgía (1903), por Evaristo Valle. Óleo sobre lienzo, 203 x 116 cm.
Según Lafuente Ferrari en "La vida y el arte de Evaristo Valle" (1963, p273) otros títulos son "Ensueño" o
"Vapores de Champagne".
Según Luca
de Tena, en el catalogo de la exposición "Centro y periferia en la
modernización de la pintura española 1880 - 1918", celebrada en Madrid en
1993 y en Bilbao en 1994 (1993, p372), se titula "La
sobremesa del champagne"
e indica que en la exposición de la Sala
Iturrioz celebrada en 1909 se tituló "Panneau".
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