Si en una entrada anterior, allá por el mes de agosto, se ofrecían algunos detalles sobre la celebración como tal del Año Internacional de los Bosques 2011, sus motivos y objetivos, vamos ahora con el logotipo que, en palabras de la FAO, tiene por objeto transmitir el lema “los bosques para las personas” a fin de celebrar el papel fundamental que desempeñan estas en la ordenación y conservación sostenible de los bosques del mundo. En cada parte y en su conjunto, el logotipo representa en que modo las múltiples funciones de los bosques tienen importancia en todos los ámbitos de nuestra vida.
En el logotipo, el árbol, como forma central, representa los bosques de esta Tierra en todas sus variedades y diversidad: de los bosques boreales de coníferas hasta los bosques caducifolios de las zonas templadas y de los bosques xerofíticos de la sabana de las zonas subtropicales a la selva impenetrable de los bosques pluviales tropicales. Los bosques boreales de coníferas del Hemisferio Norte y de las zonas de montañas altas, con alrededor de 14.000 millones de hectáreas, son el complejo forestal que cubre la superficie más grande. A menudo, estos bosques constan de muy pocas especies arbóreas (por ejemplo abetos, pinos o cipreses) pero son habitados por una gran cantidad de especies animales y vegetales. El bosque amazónico, la extensión más grande y más abundante de especies de los bosques pluviales tropicales del mundo, representa más de la mitad de los bosques pluviales que quedan en el planeta. La segunda superficie más grande de bosque pluvial se halla en la Cuenca del Congo.
El tronco del árbol sostiene el resto del logotipo, destacando que los árboles son el rasgo distintivo del ecosistema forestal y que constituyen la base de varias de las funciones fundamentales que desempeñan los bosques. De hecho, los bosques y sus servicios representan una base esencial para los medios de subsistencia de más de mil quinientos millones de personas en todo el mundo. En muchas regiones, los bosques son una base fundamental para el desarrollo sostenible. El tronco también representa la madera, la materia prima más favorable para el medio ambiente, tan importante para una economía más verde y más sostenible. La madera es igualmente importante como fuente de energía: En muchos países en desarrollo, la madera es la fuente principal de combustible para la cocción de alimentos y la calefacción de los hogares y, en los países industrializados, se está utilizando cada vez más como fuente de energía limpia y renovable. Aproximadamente el 60% de la madera extraída de los bosques y de los árboles fuera de los bosques es utilizada para generar energía.
El tronco del árbol sostiene el resto del logotipo, destacando que los árboles son el rasgo distintivo del ecosistema forestal y que constituyen la base de varias de las funciones fundamentales que desempeñan los bosques. De hecho, los bosques y sus servicios representan una base esencial para los medios de subsistencia de más de mil quinientos millones de personas en todo el mundo. En muchas regiones, los bosques son una base fundamental para el desarrollo sostenible. El tronco también representa la madera, la materia prima más favorable para el medio ambiente, tan importante para una economía más verde y más sostenible. La madera es igualmente importante como fuente de energía: En muchos países en desarrollo, la madera es la fuente principal de combustible para la cocción de alimentos y la calefacción de los hogares y, en los países industrializados, se está utilizando cada vez más como fuente de energía limpia y renovable. Aproximadamente el 60% de la madera extraída de los bosques y de los árboles fuera de los bosques es utilizada para generar energía.
La copa es la fuente de oxígeno, protagonista de la fotosíntesis necesaria para la vida. En el logotipo, las diferentes partes de la copa representan los múltiples valores de los bosques, como biodiversidad, hábitat, fauna silvestre, seguridad alimentaria, regulación del clima, abastecimiento de agua o fuente de salud para las personas.
En cuanto a la biodiversidad, los bosques son los ecosistemas terrestres más ricos, que contienen más del 90% de las especies terrestres del mundo. Los bosques tropicales albergan un 50% de todos los vertebrados conocidos, el 60% de especies vegetales y la mayor parte de las especies de insectos. La inmensa biodiversidad de los bosques es un tesoro para la humanidad y para todo lo que es vida; es la base para muchos productos y servicios ambientales suministrados por los bosques y es por ello que también posee una gran importancia económica. Si bien los ecosistemas diferentes tienen diferentes niveles de diversidad, las diferencias a menudo tienen causas naturales; se producen cambios en la biodiversidad a través del tiempo en todas las comunidades y ecosistemas. Una adecuada planificación puede garantizar que los usos de la biodiversidad forestal sean compatibles con la conservación.
En cuanto a la biodiversidad, los bosques son los ecosistemas terrestres más ricos, que contienen más del 90% de las especies terrestres del mundo. Los bosques tropicales albergan un 50% de todos los vertebrados conocidos, el 60% de especies vegetales y la mayor parte de las especies de insectos. La inmensa biodiversidad de los bosques es un tesoro para la humanidad y para todo lo que es vida; es la base para muchos productos y servicios ambientales suministrados por los bosques y es por ello que también posee una gran importancia económica. Si bien los ecosistemas diferentes tienen diferentes niveles de diversidad, las diferencias a menudo tienen causas naturales; se producen cambios en la biodiversidad a través del tiempo en todas las comunidades y ecosistemas. Una adecuada planificación puede garantizar que los usos de la biodiversidad forestal sean compatibles con la conservación.
La gran biodiversidad de los bosques es un hábitat natural que debe ser salvaguardado. Hasta hace unas décadas, la principal estrategia para la conservación de la biodiversidad forestal consistía en una protección estricta: mantener a la gente fuera del bosque. Siempre habrá casos en que la protección estricta sea necesaria, sin embargo, permitir que la población local utilice los bosques también puede contribuir a fomentar la conservación de los recursos.
Los bosques son los principales hábitats para la vida silvestre. La fauna silvestre de los bosques proporciona tanto productos (miel, carne de caza, insectos comestibles o medicamentos tradicionales) como servicios ambientales (polinización y diseminación). Todos los tipos de especies, grandes y pequeñas, terrestres, acuáticas y aves se aprovechan como carne de caza. Asimismo, la vida silvestre forestal proporciona una base para las actividades comerciales y/o de esparcimiento como la caza regulada, la fotografía y la observación de aves. La mayor amenaza para la fauna silvestre de los bosques, especialmente en los países en desarrollo, es la caza y la instalación de trampas insostenibles, no reglamentadas y a menudo ilegales con fines comerciales. El conflicto entre los seres humanos y la fauna silvestre también es una esfera de creciente preocupación y atención, en particular, en África, donde tiene graves consecuencias para la seguridad alimentaria.
Los bosques brindan apoyo a la seguridad alimentaria de muchas maneras. Millones de personas dependen de los alimentos que proporcionan los bosques –frutos, semillas, hojas, raíces y tubérculos, setas, miel, animales de caza silvestre, insectos y peces– para la consecución de los medios de subsistencia y para la generación de ingresos. Además, los bosques proporcionan forraje para el ganado y combustible para la cocción y elaboración de los alimentos. Los recursos forestales proporcionan los medios de subsistencia y contribuyen a reducir la vulnerabilidad de los hogares pobres; los bosques actúan como una red de seguridad en períodos de escasez cuando el suministro alimentario es más vulnerable. Los árboles de las explotaciones y los paisajes agrícolas contribuyen a estabilizar, sostener y restaurar la producción agrícola; asimismo, promueven indirectamente la seguridad alimentaria regulando el suministro de agua y el clima y protegiendo los cultivos contra el viento y las tormentas.
Los bosques son de fundamental importancia para el clima, tanto a nivel local como mundial. Proporcionan sombra y un efecto de frescor en las regiones cálidas y mitigan los fenómenos climáticos extremos. Asimismo, limpian el aire de impurezas y polvo y desempeñan una importante función en el ciclo del agua. Por último, los bosques contribuyen a la mitigación del cambio climático mundial actuando como un importante sumidero de carbono. Los ecosistemas forestales (incluso la biomasa, las maderas muertas y el suelo) contienen al menos tanto carbono como la atmósfera terrestre. Nosotros podemos contribuir a mitigar el cambio climático reduciendo las emisiones provenientes de la deforestación y la degradación forestal y también conservando y mejorando las existencias forestales de carbono por medio de la ordenación forestal sostenible de los bosques existentes y mediante la forestación y la restauración forestal. El cambio climático también influirá sobre los bosques y la variación de temperaturas y precipitaciones, por ejemplo, pueden repercutir en la resiliencia de los bosques, la productividad y las variedades de especies. Además, los árboles sometidos a estrés son más susceptibles a las enfermedades y a las plagas de insectos perjudiciales. Es importante ordenar los bosques y los terrenos boscosos para afrontar y ayudar a las poblaciones a afrontar las repercusiones del cambio climático. Cuando se plantan árboles, las especies se deberán escoger cuidadosamente, en particular, en los lugares en los que la producción maderera es importante. La ordenación adecuada de los bosques y los árboles también puede ayudar a las poblaciones vulnerables a adaptarse a las consecuencias del cambio climático.
Las cuencas hidrográficas boscosas son los depósitos del mundo. Los bosques cumplen un papel esencial en la estabilización del abastecimiento de agua y la garantía de su pureza. Los bosques protegen los suelos de la erosión y estabilizan el drenaje. Además, filtran los sedimentos y los agentes contaminantes, influenciando la calidad y los flujos de agua. Los bosques desempeñan una función fundamental en los ciclos de agua locales, absorbiendo el agua, almacenándola y regulando su evaporación. Asimismo, en muchas regiones boscosas los ríos son vitales y son un medio (a veces el único) de transporte y ruta de acceso para los productos y la población local.
Los bosques contribuyen a la salud de las personas de muchas maneras. Muchas plantas forestales (hojas, corteza, semillas y raíces) tienen propiedades medicinales. Los ingredientes activos extraídos de los bosques no sólo son importantes para la salud de las personas que habitan en los bosques sino que los conocimientos tradicionales acerca de su utilización a menudo son la base de los productos farmacéuticos utilizados en todo el mundo. Los bosques también son una fuente de alimentos naturales y nutritivos. Caminar y hacer ejercicio físico en los bosques proporciona beneficios a la salud mental y física, especialmente a las personas que viven en las ciudades y tienen muy poco contacto diario con la naturaleza. Los estudios han indicado que las actividades desarrolladas en los entornos forestales pueden mejorar el estado de ánimo.
Los seres humanos nos podemos llegar a considerar en el centro de la naturaleza, pero nosotros somos también una parte intrínseca e indisoluble de esta. Los diferentes elementos iconográficos que circundan el símbolo del hombre reflejan el estrecho vínculo entre los seres humanos y los bosques y las diversas maneras en que las personas utilizan y se benefician de los bosques. Puesto que nosotros utilizamos los bosques, tenemos también el deber de conservarlos. Y para muchas sociedades, los árboles y los bosques son fundamentales para la vida cultural y espiritual, que es lo que nos hace exclusivamente humanos.
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