Hablábamos
no hace mucho sobre las múltiples y variopintas teorías propuestas para explicar la extinción masiva (la de los dinosaurios, entre otros) de hace aproximadamente sesenta y cinco millones de años.
La entrada referida, lo más visto en este blog hasta la fecha, podría ser
actualizada casi de forma mensual en razón a las sucesivas nuevas publicaciones
de estudios e investigaciones al respecto. Reseñamos en esta ocasión el último
de estos estudios, End-Cretaceous marine mass extinction not caused by productivity
collapse, principalmente por su coautoría a cargo de la paleontóloga oscense,
y profesora en la Universidad de Zaragoza, Laia Alegret.
Un mosasauro acosa a dos ictiosaurios, coincidentes únicamente durante el Cretácico Superior.
Ilustración de 1912 a cargo de Heinrich Harder (1858-1935), publicada en Die Wunder der Urwelt.
Ilustración de 1912 a cargo de Heinrich Harder (1858-1935), publicada en Die Wunder der Urwelt.
El paper de Alegret, junto con Kyger C. Lohmann, de la Universidad de Michigan, y Ellen Thomas, de la Universidad de Yale, fue presentado el pasado 9 de octubre en el Geological Society of America (GSA) Annual Meeting en Minneapolis y ahora se publica en la última edición de Proceedings of the National Academy of
Sciences. La investigación sostiene que la fotosíntesis y la cadena
alimenticia en los océanos se recuperaron mucho antes de lo que se creía tras
el impacto del meteorito que cayó cerca de la península de Yucatán. También descarta el
oscurecimiento del planeta como principal causa de la cadena de extinción, ya que no
todos los microorganismos que realizaban la fotosíntesis desaparecieron por completo, sólo aquellos poseedores de conchas carbonatadas.
Tras el impacto, una rápida
acidificación de las aguas superficiales explicaría por qué el 70% de las
especies fueron extinguidas mientras aquellas que habitaban los fondos
oceánicos lograron sobrevivir. Este descenso súbito del pH de las aguas, se
habría prolongado muy poco tiempo en términos geológicos (de meses a años) y habría
tenido lugar únicamente en las aguas superficiales oceánicas. Además explicaría
la extinción masiva de la mayoría de organismos de conchas carbonatadas que
flotan en las aguas superficiales, por la disolución de estas conchas debido a
la disminución del pH, así como de los mosasaurios (reptiles marinos emparentados
con los actuales varanos) y ammonites. Puesto que la acidez de las aguas no
llegaría a los fondos oceánicos, este modelo también daría solución a la
supervivencia de los organismos que habitaban allí.
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