No parecía equivocarse demasiado
Robert J. Shapiro en su obra 2020: Un nuevo paradigma (Tendencias, 2009), cuyo título original quizá aclare
mejor su contenido, Futurecast: how superpowers, populations and globalization will change the way you live and work by the year 2020 (St. Martin Press, 2008). El que fuese principal asesor de Bill Clinton durante la
campaña de 1992, además de colaborador de Al Gore o John Kerry posteriormente,
dedica un capítulo completo a los dos polos de la globalización, léase China y
Estados Unidos, y suscribe que “en una economía auténticamente global, como la
que se despliega hoy, cuando un país tan enorme como China moderniza su
industria de exportación, crea una serie de presiones nuevas en los empleos y
los salarios de todo el mundo".
Atolón de Atafu, uno de los tres islotes coralinos del archipiélago Tokelau (Imagen: Earth Observatory, NASA).
La villa Atafu se observa en el vértice izquierdo. Dentro del atolón, las manchas azul claro son formaciones de coral.
Viene esto a cuento de que las
fuerzas de la economía mundial ya no se mueven en aguas del Atlántico, como así
lo hicieron desde finales del siglo XIX hasta finales del XX, sino que ahora el Pacífico se erige en protagonista
de la conexión occidental-asiática (y no es necesario recordar que, por
convenio y costumbre, la voz “occidental” incluye a los Estados Unidos).
Si el pez león (Peterois volitans, Linnaeus 1758), en la figura inferior, propio de los arrecifes coralinos del Índico y del Pacífico Sur, invadió los ecosistemas atlánticos del sur de Estados Unidos como también los de numerosas regiones del mar Caribe (metafóricamente, porque se trató de una liberación accidental de algunos ejemplares de un acuario en aguas de Cayo Vizcaíno, Florida, tras el huracán Andrew en 1992), la economía mundial está cubriendo el trayecto justamente inverso.
Si el pez león (Peterois volitans, Linnaeus 1758), en la figura inferior, propio de los arrecifes coralinos del Índico y del Pacífico Sur, invadió los ecosistemas atlánticos del sur de Estados Unidos como también los de numerosas regiones del mar Caribe (metafóricamente, porque se trató de una liberación accidental de algunos ejemplares de un acuario en aguas de Cayo Vizcaíno, Florida, tras el huracán Andrew en 1992), la economía mundial está cubriendo el trayecto justamente inverso.
La efeméride que titula esta entrada constata como los Estados Unidos siguen perdiendo
influencia mundial. Cuando en 1884 se definió el trazado de los husos
horarios, la isla de Samoa se situó del lado oriental de la línea que marcaba la
hora cero. Ocho años después decidieron “pasar” al lado americano al objeto de
facilitar las relaciones comerciales con la entonces mayor potencia del
planeta. Si las pequeñas islas polinesias del sur del Pacífico miraban hacia la
costa californiana como punto de referencia, ahora su guía es China. Consideran
que su posición les hace perder dos días de negocio con Australia, Nueva
Zelanda, China y Singapur.
Peterois volitans, especie originaria de los arrecifes coralinos del Índico y del Pacífico suroccidental. El pez león es especie
invasora, desde finales del s. XX, de las costas atlánticas de Estados Unidos y de todo el Caribe (Fotografía de Tim Wang).
invasora, desde finales del s. XX, de las costas atlánticas de Estados Unidos y de todo el Caribe (Fotografía de Tim Wang).
Samoa venía siendo hasta hoy uno
de los últimos territorios en despedir el día, lo que la situaba en el tiempo a
18 horas de Pekín, 11 de Madrid y cinco de Nueva York. Este cambio les coloca
por delante y serán los primeros en comenzar la jornada. La isla pasó del 29 al 31 diciembre y se pone tres horas por delante de
Sídney. Los algo menos de doscientos mil samoanos, junto con los 1500
habitantes de Tokelau (archipiélago formado por tres atolones y que depende de
Nueva Zelanda), que también les acompañan, "se perderán el 30 de diciembre
de 2011, pero ganarán grandes oportunidades para hacer negocio", señalaba
en un artículo el Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista
chino, que presumen del poder que su país está ganando en el sur del Pacífico asiático. Huelga decir que Samoa fue de los primeros países en la zona en
reconocer a la República Popular de China.
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