viernes, 27 de abril de 2012

Sobre el dinosaurio criollo en la Formación La Quinta, Táchira (Venezuela): Lesothosaurus vs Fabrosaurus...

En la parte norte de Sudamérica los restos de dinosaurios son excepcionalmente escasos lo que ha venido haciendo dificultoso la investigación sobre la fauna jurásica en estas tierras. El único dinosaurio conocido en Venezuela fue hallado en 1992 por un grupo de investigadores en el estado Táchira, muy cerca de La Grita, municipio de Jáuregui, en lo que se conoce como la Formación La Quinta. El equipo investigador, formado por D. E. Russell, O. O. Rivas, B. Battail y D. A. Russell, se encontraba en la zona en misión de reconocimiento donde, sin aún hoy saber si de forma accidental o fruto de una búsqueda sistematizada, fueron encontradas algunas vértebras de ornitisquio (los de “cadera de ave”) que posteriormente se identificaron como pertenecientes a la especie Lesothosaurus y con una antigüedad, depende de los autores, entre 175 y 208 millones de años, Jurásico Medio a Inferior. Las muestras se encuentran desde entonces en París, por no existir en Venezuela paleontólogos expertos en la reparación de piezas fósiles, y existe un compromiso, aun no cumplido, para su regreso a Venezuela una vez finalizada la restauración a la que están siendo sometidas.



 Recreación artística de Lesothosaurs/Fabrosaurus.


 
El ejemplar de la Formación La Quinta fue el primer dinosaurio descrito en la prestigiosa revista de la Academia de Ciencias de París mediante el paper Découverte de vertébrés fossiles dans la Formation de La Quinta, Jurassique du Vénézuéla occidental [Discovery of fossil vertebrates in the La Quinta Formation, Jurassic of western Venezuela]. Por su parte, el investigador francés Paul Sereno fue el encargado de presentar el fósil del dinosaurio tras su ubicación taxonómica como Lesothosaurus diagnosticus (Galton, 1978), ya que antes del hallazgo del espécimen venezolano, el propio Sereno había descubierto en Sudáfrica el dinosaurio Lesothosaurus que es prácticamente igual y con todas las características al encontrado en Venezuela (recuérdese que África y Sudamérica están unidas en el Jurásico Inferior). Sin embargo, en el IV Congreso Europeo sobre Paleontología de Vertebrados celebrado en España en 1999, el paleontólogo Fabien Knoll, del Museo de Historia Natural de Paris, sugirió que el Lesothosaurus venezolano pertenece en realidad a otro género de la familia Fabrosauridae.




 
 Situación de la Formación La Quinta antes de la separación de Pangea.



El primer Lesothosaurus fue descubierto en la Formación Ellio Superior, en Lesotho, Sudáfrica, en el distrito de Mafeteng. Poco más largo que un pavo doméstico, nunca más de un metro de longitud ni medio metro de alto, fue uno de los dinosaurios más pequeños que existieron y una de las presas más inmediatas. Tenía una cabeza de cráneo pequeño, en el que se supone que albergaba una bolsa lateral, situada delante del ojo, contenedora de una glándula de sal. Probablemente en sus pequeños carrillos carnosos disponía de numerosos dientes de bordes afilados parecidos a puntas de flecha, adaptados para pacer o cortar en vez de para triturar, con los que desmenuzaba los brotes duros y leñosos de las plantas antes de engullirlas y un pico profundo en el hocico. Aparte de un más que probable espacioso estómago, el pequeño fitófago era de constitución ligera, con un cuello delgado, brazos cortos y garras de cinco dedos, con el quinto más corto que los restantes, largas tibias en las patas y tres dedos en sus pies. La estructura de su cadera ya era análoga a la de las aves: el pubis, como el isquion, se dirigía hacia atrás, y el acetábulo se había transformado en una abertura ancha. Los tendones y huesos que rigidizaban su cola contrarrestaban el balanceo transmitido al cuerpo por las caderas en la carrera, durante la cual cuello, espalda y cola formaban una línea recta.

Lesothosaurus, de pronunciados hábitos gregarios, podía haber pastado a cuatro patas, cortando con su rígido pico las hojas y tallos de las plantas bajas que constituían su alimento. Mientras comía, de cuando en cuando, podría levantar la cabeza para observar a su alrededor y huir corriendo de cualquier depredador, terópodos principalmente, que apareciera repentinamente. A juzgar por sus largas tibias y cortos fémures, Lesothosaurus sería un excelente esprínter que alcanzaría una velocidad cercana a los 40 km/h.

Al igual que algunos ornistiquios primitivos, Lesothosaurus evolucionó hacia otros dinosaurios vegetarianos bípedos y aunque anteriormente se le consideró un tipo muy primitivo de ornitópodo (uno de los primeros miembros del mismo grupo que otros géneros más tardíos como los hadrosaurios o Iguanodón), hoy en día se considera que apareció demasiado pronto para ser un ornitópodo y se clasifica como un pre-ornitópodo en un grupo propio sin parientes próximos.



 Comparación corporal entre una gallina doméstica y Lesothosaurus/Fabrosaurus.



Es posible que los huesos fósiles asignados a Lesothosaurus en 1978 sean los mismos que los del Fabrosaurus, reptil de Fabre, nombrado en 1964 a partir de algunos dientes y un trozo mal conservado de mandíbula inferior encontrados por Leonard Ginsburg. Aunque evidencias fósiles posteriores llevan a muchos expertos a distinguir entre Fabrosaurus y Lesothosaurus, descubierto después, otras muchas autoridades consideran razonable que las dos criaturas sean el mismo animal. Dado que los restos de Fabrosaurus se encuentran en paupérrimas condiciones, no es posible tomar una decisión firme al respecto. Si con el tiempo se concluye en que se trata de la misma especie, será designado únicamente como Fabrosaurus, su nombre más antiguo, por estar así establecido en la nomenclatura binomial desde tiempos de Linneo.

La flora fósil y los invertebrados hallados en la Formación La Quinta revelan ecosistemas continentales y de agua dulce y salada, incluyendo llanuras aluviales, pantanos, lagunas de agua dulce y extensiones semi-áridas. Además, por su edad y ubicación geográfica, la Formación La Quinta tiene el potencial de proporcionar una importante ventana a la evolución de los dinosaurios y paleobiogeografía en Sudamérica. Aunque la mayor parte de los restos fósiles hallados se atribuyeron inicialmente a un único dinosaurio, los trabajos recientes sugieren que más de un taxón de dinosaurios pueda estar representado en las muestras.

Así también se deduce tras los trabajos realizados con posterioridad al equipo francés por John M. Moody (profesor de Geología en la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela), quien tras enterarse por las revistas del hallazgo del equipo francés exploró el lugar acompañado de algunos de sus estudiantes, obteniendo una nutrida colección de elementos dentales, craneales y postcraneales de dinosaurio. Aunque los distintos elementos están desarticulados y su asociación se antoja complicada, por lo menos dos taxones distintos parecen estar presentes. Sin embargo, los dientes hallados por el equipo de Moody son ligeramente diferentes de los de los ornitisquios. Estas muestras halladas por el equipo zuliano se encuentran incorporadas al Museo de Biología de la Universidad del Zulia. Serían necesarios estudios detallados y comparaciones adicionales para dar luz a la asignación filogenética de la posible nueva especie de dinosaurio.



 Esqueleto y otros detalles de la estructura ósea de Lesothosaurus/Fabrosaurus.



  • D. B. Weishampel, P. M. Barrett, R. A. Coria, J. Le Loeuff, X. Xu, X. Zhao, A. Sahni, E. M. P. Gomani, and C. R. Noto. 2004. Dinosaur distribution. In D. B. Weishampel, H. Osmolska, and P. Dodson (eds.), The Dinosauria (2nd edition). University of California Press, Berkeley 517-606
  • F. E. Novas. The Age of Dinosaurs in South America. 2009. Indiana University Press
  • D. E. Russell, O. O. Rivas, B. Battail and D. A. Russell. 1992. Découverte de vertébrés fossiles dans la Formation de La Quinta, Jurassique du Vénézuéla occidental [Discovery of fossil vertebrates in the La Quinta Formation, Jurassic of western Venezuela]. Comptes Rendus de l'Académie des Sciences, Paris, Série II 314:1247-1252
  • M. R. Sanchez-Villagra and J. M. Clark. 1994. An ornithischian from the Jurassic of the Venezuelan Andes. Journal of Vertebrate Paleontology 14(3, suppl.):44ª
  • F. Knoll. 2002. Nearly complete skull of Lesothosaurus (Dinosauria: Ornithischia) from the Upper Elliot Formation (Lower Jurassic: Hettangian) of Lesotho. Journal of Vertebrate Paleontology, 22, 2,238-243
  • P. C. Sereno. 1984. The phylogeny of the Ornithischia: A reappraisal. In: Reif, W.-E., and Westphal, F. (eds.), 3d Symp. Mesozoic Terr. Ecosyst. Short Pap. Attempto Verlag, Tübingen. Pp. 219-226
  • P. C. Sereno. 1991. Lesothosaurus, “Fabrosaurids”, and the Early Evolution of Ornithischia. Journal of Vertebrate Paleontology, Vol 11, No. 2, Pp. 168-197
  • BARRETT et al. 2008, Dinosaur remains from the La Quinta Formation (Lower or Middle Jurassic) of the Venezuelan Andes. Paläontologische Zeitschrift. Vol. 82/2, p. 163–177

          Agradezco enormemente las indicaciones ofrecidas para realizar esta investigación a la profesora Reina Durán, arqueóloga, antropóloga y fundadora-directora del Museo Arqueológico del Táchira (Venezuela).


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