La formidable crisis del hombre,
esta crisis total, está sirviendo al menos para reconsiderar los modelos. Y no
es casualidad que en diferentes partes del mundo empiece a reivindicarse otro
tipo de socialismo, más cercano a aquel que preconizaba Proudhon, o al que en
nuestros tiempos han sostenido espíritus nobles y lúcidos como Mounier, entre
los cristianos y Bertrand Russell, entre los agnósticos. [...] Un socialismo
que respete la persona, que termine con la alienación y la sociedad de consumo,
que termine con la miseria física pero también con la espiritual, que ponga la
técnica y la ciencia al servicio del hombre y no, como está sucediendo, el
hombre al servicio de aquellas. Un socialismo descentralizado que evite los
pavorosos males del superestado, de la policía secreta y de los campos de
concentración.
Ernesto
Sábato (1911-2011), entrevistado por Eduardo Gudiño Kiefer en 1976.
No hay comentarios:
Publicar un comentario