El otoño de 2011 está siendo motivo de enhorabuena para los seguidores en nuestro país de la pintura francesa, y especialmente del impresionismo. Si hace tan sólo dos días se inauguraba en Madrid la exposición Berthe Morisot: la pintora impresionista en el Thyssen-Bornemisza, desde hoy jueves 17 de noviembre hasta el próximo 12 de febrero se puede disfrutar en CaixaForum Barcelona la exposición Impresionistas: Maestros franceses de la colección Clark, organizada por el Sterling and Francine Clark Art Institute y producida por la Fundación La Caixa, en la única parada española de la gira internacional que efectúa esta institución.
(1894), por Paul Gauguin, en
Concebida de forma cronológica y conformada por setenta y dos piezas, la
exposición recorre las primeras obras que hablan del nuevo camino hacia
el impresionismo y que se caracterizan por exaltar, como nunca, la
naturaleza. Son los paisajes de Millet, Corot y, sobre todo, de Rousseau
con Granjas en las Landas. También de la renovación de las naturalezas muertas, con las obras de Sisley, Manet y las Cebollas,
de Renoir, uno de los cuadros menos característicos de este pintor,
pero una de las obras preferidas de Sterling Clark, según Rand. Desnudos
como Bañista rubia, de Renoir, y Desnudo sentado, de
Bouguereau, dos espléndidos Degas, con sus característicos temas:
carreras de caballos y bailarinas, y escenas de la vida cotidiana, entre
ellos dos espléndidos cuadritos de Boldoni que invitan al espectador a
inventar la historia, no escrita, que el pintor quiso representar.
Cierran la exposición varios retratos firmados por Toulouse-Lautrec,
Bonnard y Gauguin, y dos autorretratos de Renoir separados por un cuarto
de siglo, donde se aprecia, además de su envejecimiento, el cambio de
técnica del pintor.
El encantador de serpientes (1870), por Jean Léone Gérôme, en Sterling and Francine Clark Art Institute.
A
Robert Sterling Clark (1877-1956), viajero, militar y explorador en
Oriente, le cambió la vida durante un viaje a París en 1910. Heredero de
una cuantiosa fortuna por ser nieto de uno de los fundadores de las
máquinas de coser Singer, descubrió el impresionismo tras conocer a su
futura esposa Francine, actriz de la Comédie-Française. En 1916 compran
su primer Renoir, Joven haciendo ganchillo, iniciando una de las
mejores colecciones de este artista en manos privadas. Durante cincuenta
años, Clark y su esposa adquieren diversas obras impresionistas
haciendo oídos sordos a las feroces críticas que, por entonces, recibía
el movimiento. Es el caso de Muchacha dormida, de Renoir,
comprada pese a los comentarios negativos que recibió desde 1880, como
que la joven representada era famosa por su vida indecorosa y que el
cuadro contenía alusiones eróticas, como el gato dormido sobre el regazo
de la muchacha, representación de su vello púbico. Todo un escándalo.
El
matrimonio Clark concibió su colección a escala doméstica: las obras
formaban parte del entorno cotidiano y se distribuían por la casa
siguiendo las preferencias del coleccionista, que combinaba piezas de
diferentes periodos y estilos. Clark buscaba la continuidad entre las
creaciones del pasado y del presente, desde una perspectiva que hoy
podemos sentir como muy cercana.
En
1955 se inaugura el Sterling and Francine Clark Art Institute en
Williamstown (Massachusetts), lejos de Nueva York, donde instalan su
colección. En la galería, además del impresionismo, también tienen
cabida obras más academicistas como El encantador de serpientes,
pintada en 1879 por Gérome y que ilustra esta entrada, e incluso obras
maestras del quattrocento italiano, entre otras sobresalientes
colecciones de esculturas, dibujos, grabados, platería y porcelanas,
siguiendo su gusto personal.
Retrato de Carolus Duran (1879), por John Singer Sargent, en Sterling and Francine Clark Art Institute.
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