domingo, 30 de junio de 2013

De genética, desigualdad, neoliberalismo y Diego Rivera…


      Nada nuevo que los círculos conservadores y neoliberales justifiquen el enorme crecimiento de las desigualdades que caracterizan los tiempos corrientes fruto irrefutable de políticas conservadoras y neoliberales como la consecuencia de la diversidad genética dentro de las poblaciones que padecen estas desigualdades. Correlacionan, sin complejos de clase, desigualdades de renta versus diversidad en la composición genética poblacional.

     Rietveld et al. publican en Science (“GWAS of 126,559 individuals identifies geneticvariants associated with educational attainment”. Science, 21. Junio de 2013) que la estructura genética de una persona y/o grupo étnico conduce a su tipo de educación y, a través de ello, al nivel de renta que adquiere. Cuando menos discutible. No menos hilarante es una tesis doctoral presentada en la Universidad de Harvard en la que se sostiene que los hispanos de los Estados Unidos, procedentes de países de habla hispana, se aglutinan en las clases menos adineradas y con menos recursos debido a su supuesta, que no demostrada, inferioridad genética, de estructura menos desarrollada e inferior calidad que la existente entre la población blanca. Además, en dicha tesis se infiere, en razón a que el cociente intelectual de los blancos es superior a los de los hispanos, que la supuesta inferioridad de los hispanos es debida a su inferior estructura genética.

      Parecen múltiples las falacias que se incluyen en este estudio, y la primera y más flagrante es la asunción de una estructura genética propia de los hispanos, un grupo que, más que étnico, es cultural y se caracteriza por su enorme diversidad genética. El supuesto de uniformidad genética no deja de ser una valoración extremadamente subjetiva, de claros tintes racistas, aunque no menos grave es la asunción de que la calidad y el desarrollo intelectual de una persona se cuantifican objetivamente a través del cociente intelectual, prueba sobradamente conocida por su sesgo clasista, pues mide más la habilidad de respuesta al test que el nivel intelectual.

      Ambos documentos dicen mucho del panorama ideológico alcanzado en círculos del establishment estadounidense, en momentos de un dominio neoliberal que requiere una teoría hegemónica, legitimadora y que justifique el enorme crecimiento de las desigualdades.



Liberación del peón (1931), por Diego Rivera.
Fresco sobre cemento reforzado en estructura de acero galvanizado, 185 x 239 cm. En el Philadelphia Museum of Art.


          En Liberación del peón, Rivera desarrolló una narrativa aterradora sobre el castigo corporal. Un labriego, golpeado y abandonado a su muerte, es descendido de un poste por soldados revolucionarios comprensivos, que atienden este cuerpo quebrado. El peonaje —sistema de servidumbre a sueldo establecido por los colonizadores españoles para forzar a los indios a trabajar la tierra— persistió en México aún en el siglo XX. El mural presenta la injusticia de las condiciones sociales y económicas que prevalecieron como justificación de la Revolución mexicana.

viernes, 14 de junio de 2013

Sobre consiliencia, Edward O. Wilson y la unidad del conocimiento...


          "Sin los instrumentos y el saber acumulado de las ciencias naturales, los seres humanos están atrapados en una prisión cognitiva. Son como peces inteligentes que nacen en un estanque profundo y oscuro. Curiosos e inquietos, deseando salir, piensan en el mundo exterior. Inventan ingeniosas especulaciones y mitos sobre el origen de las aguas que los confinan, del sol y las estrellas que hay arriba, y del significado de su propia existencia. Pero se equivocan, siempre se equivocan, porque el mundo es demasiado ajeno a la experiencia ordinaria para ser siquiera imaginado."

("Consiliencia", Edward O. Wilson, 1998)


 Fish painting, por Nancy Easun, óleo sobre lienzo, 122 x 137 cm. Colección particular.


martes, 14 de mayo de 2013

Sobre cazadores, Ortega y Gasset y Zdenek Burian...

            Decía José Ortega y Gasset, en su prólogo a la obra del Conde de Yebes “Veinte años de caza mayor” (Espasa Calpe, Madrid, 1943), que la Prehistoria, ciencia siempre en gestación, se atiene a los escasísimos datos que se poseen sobre los orígenes de la humanidad. De aquellas existencias primarias, casi no tiene más que cosas y se ve forzada a clasificar las formas de vida por las formas de objetos que manipularon o, lo que es aún más absurdo, por su diferente material: piedra, cobre, bronce, hierro. Pero claro está, que una forma de humanidad solo se puede congruentemente denominar por sus ocupaciones y, ante todo, por la ocupación central que organiza y regula las demás. Así, la verdadera significación del término “ser paleolítico” es “ser cazador”. Esto era lo esencial de su condición y no que cazase con piedras más o menos pulimentadas. Entonces, y solo entonces, vivir fue cazar. Después innumerables hombres han cazado, pero ninguno ha vuelto a ser radical, esto es, exclusivamente cazador…



Cazando al oso de las cavernas, ilustración de Zdenek Burian, 1952.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Sobre el 1 de mayo, Honoré Daumier y el levantamiento...

          "No era necesario que los trabajadores tuvieran sentimientos políticos intensos. Todo lo que se les pedía era un patriotismo primitivo al que se recurría en caso de necesidad para que trabajaran horas extraordinarias o aceptaran raciones más pequeñas. E incluso cuando cundía entre ellos el descontento, como ocurría a veces, era un descontento que no servía para nada porque, por carecer de ideas generales, concentraban su instinto de rebeldía en quejas sobre minucias de la vida corriente" 

("1984", George Orwell, 1947)


 The Uprising (1848 o posterior), por Honoré Daumier, óleo sobre lienzo, 87,5 x 113 cm, en la Phillips Collection, Washington, D.C.

lunes, 22 de abril de 2013

Sobre el origen de las especies según Darwin (03)...

De la rápida progresión en que tienden a aumentar todos los seres orgánicos resulta inevitablemente una lucha por la existencia. Todo ser que durante el curso natural de su vida produce varios huevos o semillas tiene que sufrir destrucción durante algún período de su vida, o durante alguna estación, o de vez en cuando en algún año, pues, de otro modo, según el principio de la progresión geométrica, su número sería pronto tan extraordinariamente grande, que ningún país podría mantener el producto. De aquí que, como se producen más individuos que los que pueden sobrevivir, tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya de un individuo con otro de su misma especie o con individuos de especies distintas, ya con las condiciones físicas de vida. Esta es la doctrina de Malthus, aplicada con doble motivo, al conjunto de los reinos animal y vegetal, pues en este caso no puede haber ningún aumento artificial de alimentos, ni ninguna limitación prudente por el matrimonio. Aunque algunas especies puedan estar aumentando numéricamente en la actualidad con más o menos rapidez, no pueden hacerlo todas, pues no cabrían en el mundo.



Toros en la dehesa, pintado con la boca por Cristóbal Moreno.

martes, 2 de abril de 2013

Sobre el asesino Charles Darwin y el confesor Joseph Dalton Hooker...


            Mientras camino por los Royal Botanic Gardens de Kew, en la capital inglesa, me viene a la memoria una carta que Charles Darwin dirigió a su gran amigo el botánico Joseph Dalton Hooker, en la que el padre de la teoría de la evolución, base de la biología como ciencia, decía sentir que transcribir esta al papel era “como confesar un asesinato”. Ambos mantuvieron una prolongada correspondencia en la que Darwin mostraba su preocupación por la confrontación que su entonces irreverente teoría presentaba con el dogma religioso. No tardó demasiado en comprobar que no sólo fue rechazada por la Iglesia, sino también por la clase política e incluso la propia ciencia decimonónica.



Sir Josehp Dalton Hooker (1909), por George Eastman Cook, óleo sobre lienzo,
39,5x33 cm, en los Royal Botanic Gardens, Kew (Inglaterra).

jueves, 7 de marzo de 2013

Sobre el origen de las especies según Darwin... (02)

Las afinidades de todos los seres de la misma clase se han representado algunas veces por un gran árbol. Creo que este ejemplo expresa mucho la verdad; las ramitas verdes y que dan brotes pueden representar especies vivientes, y las producidas durante años anteriores pueden representar la larga sucesión de especies extinguidas. En cada período de crecimiento, todas las ramitas que crecen han procurado ramificarse por todos lados y sobrepujar y matar a los brotes y ramas de alrededor, del mismo modo que las especies y grupos de especies, en todo tiempo han dominado a otras especies en la gran batalla por la vida. Las ramas mayores, que arrancan del tronco y se dividen en ramas grandes, las cuales se subdividen en ramas cada vez menores, fueron en un tiempo, cuando el árbol era joven, ramitas que brotaban, y esta relación entre los brotes pasados y los presentes, mediante la ramificación, puede representar bien la clasificación de todas las especies vivientes y extinguidas en grupos subordinados unos a otros.

De las muchas ramitas que florecieron cuando el árbol era un simple arbolillo, sólo dos o tres, convertidas ahora en ramas grandes, sobreviven todavía y llevan las otras ramas; de igual modo, de las especies que vivieron durante períodos geológicos muy antiguos, poquísimas han dejado descendientes vivos modificados. Desde el primer crecimiento del árbol, muchas ramas de todos tamaños se han secado y caído, y estas ramas caídas, de varios tamaños, pueden representar todos aquellos órdenes, familias y géneros enteros que no tienen actualmente representantes vivientes y que nos son conocidos tan sólo en estado fósil.



Feria de caballos en Caleao (a comienzos de los 70), por Roberto Díaz de Orosía.

domingo, 3 de marzo de 2013

Sobre "En el baile", o la reaparición de una obra perdida de Evaristo Valle...

            Según Carantoña, veintiún obras de Evaristo Valle fueron las mostradas en una exposición inaugurada el lunes 9 de diciembre de 1918 en el salón del Bazar Piquero de Gijón, algunas de ellas vendidas con notable aceptación del público. Una de las no vendidas, referida como “En el baile”, fue expuesta un mes después en el Nuevo Bazar Masaveu de Oviedo, en otra exposición individual con notable éxito de la crítica, donde fue adquirida por un comprador anónimo elogiado por las crónicas de entonces por su gusto, ya que el cuadro, de exquisita factura y en el que el cronista "percibía como un recuerdo de Degas",  constituía "una perfecta síntesis del carnaval, con todo su revoltijo de candor, payasería y tragedia" reflejando la cara aristócrata y burguesa del carnaval. Lafuente Ferrari, casi cincuenta años después, deseaba saber "dónde para aquel lienzo" en el que, como señalaba Torner, paisaje y figura no llevaban en la pintura de Valle vida independiente, sino que se fundían en una unidad íntima.

            La obra, únicamente conocida por las descripciones de la época y cuyo rastro se había perdido desde entonces, fue presentada esta mañana en el palacete decimonónico de la Fundación Museo Evaristo Valle con los acertados comentarios de Gretel Piquer, estudiosa de Valle en profundidad. Hace ya casi un siglo, y con motivo de la exposición navideña en el Bazar Piquero, la pintura fue también comentada por Fernando Vela el 12 de diciembre de 1918 en el periódico “El Noroeste”:

En otro cuadro, el fatuo, vestido de rojo. En este último es de notar la figura áurea vuelta de espaldas, que parece hecha de pluma. Otra mascarada es solemnemente decorativa: un pierrot que llena de confeti a dos muchachas que se esquivan. Es una “sinfonía en blanco mayor”.


En el baile (1917), óleo sobre lienzo, 50x64 cm, Fundación Museo Evaristo Valle (Gijón).

martes, 19 de febrero de 2013

Sobre Simón Bolívar, García Márquez y Charles Michel...

 
En la ciudad de México lo sorprendió la pureza del aire y lo deslumbraron los mercados públicos, su profusión y su limpieza, en los cuales vendían para comer gusanos colorados de maguey, armadillos, lombrices de río, huevos de mosca, saltamontes, larvas de hormigas negras, gatos de monte, cucarachas de agua con miel, avispas de maíz, iguanas cultivadas, víboras de cascabel, pájaros de toda clase, perros enanos y una especie de frijoles que saltaban sin cesa con propia vida. [...] Lo sorprendieron las aguas diáfanas de los numerosos canales que atravesaban la ciudad, las barcas pintadas de colores dominicales, el esplendor y la abundancia de las flores.

Gabriel García Márquez, El general en su laberinto, 1989.


Mexican market, por el pintor belga Charles Michel, óleo sobre lienzo. (Colección particular).


miércoles, 6 de febrero de 2013

Sobre el origen de las especies según Darwin... (01)

 
Cuando comparamos los individuos de la misma variedad o subvariedad de nuestras plantas y animales cultivados más antiguos, una de las primeras cosas que nos impresionan es que generalmente difieren más entre sí que los individuos de cualquier especie en estado natural; y si reflexionamos en la gran diversidad de plantas y animales que han sido cultivados y que han variado durante todas las edades bajo los más diferentes climas y tratos, nos vemos llevados a la conclusión de que esta gran variabilidad se debe a que nuestras producciones domésticas se han criado en condiciones de vida menos uniformes y algo diferentes de aquellas a que ha estado sometida en la naturaleza la especie madre.



 Cows (after Jordaens), por Vincent Van Gogh, óleo sobre lienzo, en el Palais des beaux-arts de Lille (France).